viernes, 6 de noviembre de 2015

El gato-vínculo

Hace ya casi un año, en el curso de Terapia Felina de Laura Trillo, comprendí (digo comprendí porque en el fondo de mí creo que ya lo sabía) que hay gatos con los que se crea un vínculo especial, gatos que al aparecer nos cambian la vida, gatos que cuando se van nos damos cuenta de lo que hemos cambiado con ellos a nuestro lado.

La verdad es que me sorprende que haya gente que no lo crea del todo. Miremos a nuestro alrededor gatuno: Rumbo tiene un blog en el que habla de su gatera, Mara tiene un libro contando su historia y Bernarda toda una línea de diseño. ¿Pero alguien cree que Elmo, Noa, Aisha o Menta Poleo son menos queridos? No, no, no. Ni mucho menos. Es sólo que Rumbo, Mara, Bernarda, Kaede, Nica y Pandereta vinieron a enseñarnos algo y todavía andamos en ese camino.

Así que hoy queremos preguntaros ¿cuál es vuestro gato-vínculo? El que cambia cuando vosotros cambiáis, con el que tenéis una conexión especial, diferente a la que tenéis con ningún otro gato y que a él le pasa lo mismo, tiene una conexión contigo que no tiene con ningún otro humano. Pero sobre todo hoy queremos saber:

¿Qué os ha enseñado vuestro gato-vínculo?

Yo os presento a mi gata-vínculo (que la tenéis ya más que vista), por la que empecé a escribir este blog, la que abrió la puerta de mi casa a otros animales que vinieron después y la que me dio sin darme cuenta un motivo para hacer fotografías y una profesión a la que dedicarme.
¿Hace falta que os diga cómo se llama?


domingo, 1 de noviembre de 2015

¡¡SORTEO!!

¡¡SORTEO!!
¡Y llegó el día! Que como os adelantábamos, el 1 de noviembre estrenábamos el mes con una sorpresa. ¡Aquí la tenemos! Recién sacada del horno.
¿Quieres una munchitaza y una lámina de Clio en tamaño A3 totalmente GRATIS? ¡Es muy fácil! Tan solo sigue estos tres sencillos pasos:
- Síguenos en facebook: El bigote de Pandereta
- Comparte esta publicación en tu muro.
- Déjanos un comentario en nuestra foto.
Entre todos los participantes, sortearemos el próximo 13 de noviembre la super TAZA de Munch (¿que no sabes quién es Munch? ¡Qué delito..!) y un LÁMINA de la follonera de Clio, para colgar en tu salón, despacho, cocina o donde más te guste.
Puede participar cualquier persona que resida en territorio español. El regalo se enviará por correo.
¿A qué esperas?

viernes, 30 de octubre de 2015

La (¿mala?) suerte de tener un gato negro.

Nica no soy yo. Tomo el nombre prestado de mi gata. De mi gata negra.

El día que la adopté y avisé a una amiga con entusiasmo para que viniera a conocerla, me sorprendí al ser reprendida por ella: "¿por qué no me habías dicho que era un gato negro?". ¡Vaya! Que se ve que era el dato más importante y boba de mí no me había dado cuenta. Yo hablándole de lo juguetona y peluda que era.

Ese mismo día mi vecina, que bajaba todas las tardes a casa, sentenció que nunca más regresaría mientras, y cito textualmente, esa cosa negra no se fuera.

¿Pero qué había hecho yo? Meter al mismísimo Satán en casa, por lo que parecía.

Y no andaban muy desencaminados.. ¿sabéis que se cruza conmigo por el pasillo de derecha a izquierda? ¡Incluso de izquierda a derecha! Le da igual mientras me haga tropezar.

Me acecha detrás de las puertas con mirada desafiante y si me atrevo a cerrar alguna, no tarda ni dos minutos en dar un salto y abrirla.

Se sube a la mesa y te llama. Entonces mira el mando del televisor, le da un golpecito y lo tira al suelo. Lo observa entretenida mientras cae y vuelve a buscarte la mirada para ver tu reacción. No diré que no entiende palabras como "para", "no", "quieta". Las entiende perfectamente y las ignora.

Roba calcetines para su uso y disfrute. Los esconde bajo el sofá de tal manera que resultan inaccesibles.

Mira por la ventana como si todo fuera su reino y a nosotros como si fuésemos sus lacayos. Vulgares humanos que le sirven la comida.

Ahora bien, ¿es maligna por ser un gato negro o simplemente por ser gato?

¡Feliz Haloween a todos!


viernes, 23 de octubre de 2015

Historias gatunas

Desde que me metí de lleno en el gatomundo son muchas las historias que me han llegado, de un modo u otro, sobre humanos y felinos. Y ya tenía yo ganas de compartir alguna de ellas con vosotros. En esta ocasión, de Susana. Persona a la que admiro y quiero por igual a pesar del poquito tiempo que nos conocemos y los más de ochocientos kilómetros que nos separan.

Yo hoy no quiero explayarme mucho más, pues es su momento. Y os daréis cuenta leyendo sus palabras. Gracias por compartirlas conmigo.


(Acompaño el texto con fotito de Lenin, ahijado de Susana. Y ni por un segundo penséis que es obra mía, que yo arte para la fotografía no tengo. La culpable de tanta belleza es mi compi, ElenaKaede. 
Y el propio Lenin, por supuesto.)
...............

Mi primer gato era un gato tan especial que ni siquiera fue mío.

Era yo tan pequeña que no pasaba del calificativo de insignificante y era tan de pueblo que mi abuela decía que era como las amapolas. Había nacido y vivía en una casita perdida en mitad de un montón de prados en cualquier lugar de Asturias. Antes de encontrar a mi primer gato ya había conocido a muchos más mininos. Todas las familias tenían varios y entonces tenían un estatus especial muy por encima de ser tan solo animales de compañía. Eran expertos cazadores de ratones y, en reconocimiento a tal trabajo de desratización hogareña, se les atendía, mimaba y daba de comer como si fueran de esos miembros de la familia que realizan una importante colaboración. Ninguno de estos fue mío aunque era a mí a quien acudían para alguna caricia esporádica y casi todos preferían el regazo cálido del abuelo que podía estar horas sin moverse con tal de no molestarles a ellos.
Mi primer gato, que en ningún momento fue mío, era un gato salvaje. Era salvaje no porque viviera en la calle como ocurre con muchos de los que ahora deambulan por las ciudades sin hogar, era salvaje como un tigre en la selva o un águila sobre las montañas. Era tan intensamente negro que cuando hacía sol su pelo brillaba como el más puro azabache y tenía los ojos tan verdes que, de no haberme visto reflejada en sus pupilas, habría pensado que más que ojos eran transparentes y bellas esmeraldas.
Aparecía de cuando en cuando y se posaba sobre un muro que cercaba la casa en una postura que transmitía puro orgullo y dignidad felina hasta tal punto que era imposible ignorarlo y no pararse a admirarlo. Yo apenas respiraba mientras le observaba sin pestañear, esperando en cada ocasión que tardara todo el tiempo posible es irse corriendo tan rápido que ni mi mirada podía seguirle. Se convertía en su huida hacia la aventura de su vida en apenas una mancha negra sobre el prado verde saltando con una sutil ligereza todo tipo de obstáculos naturales.
Mi primer gato, que nunca fue mío, era más bien de mi madre y era a ella a quien venía a ver. A ella sí la permitía acariciarle encorvando su largo lomo y lamiendo sus manos blancas y suaves y ella premiaba sus visitas con cualquier suculento manjar que él comía sin dejar de mirarla directamente a los ojos. Ella no le puso nombre alguno porque no quería limitar su infinita libertad y jamás intentaba que se quedara o lo llamaba cuando decidía irse. A veces yo discutía con ella con mis argumentos de niña porque siempre decía que no a cualquiera de mis ideas peregrinas para convencer a tan hermoso animal de que era mejor una vida en convivencia a mi lado…”y si le ponemos comida cada día en el mismo sitio, y si un día lo cogemos y lo metemos en casa para que vea lo que es un hogar, y si…” . “No, Susana, la esencia de ese animal es su libertad, no está abandonado, es salvaje… tan solo disfruta de él cuando quiera acercarse a nosotras”.
A veces venía cuando yo estaba en el colegio o en baile regional o con la abuela haciendo cualquier otra cosa y no podía verle. En esas ocasiones mamá me relataba con todo lujo de detalles, igual que cuando me contaba mis cuentos nocturnos, el encuentro… y cada una de esas veces me enfadaba, me ponía triste, me decepcionaba… quizás porque siempre en el fondo tuve la inquieta esperanza de convencerle en cada visita para que se decidiera a ser mío.
Y un día nos fuimos del pueblo a vivir a la gran ciudad y no tuve más opción que decirle adiós para siempre.

Puse un último platito de comida sobre el muro, a sabiendas de que probablemente la comerían los pájaros antes que el gato salvaje negro azabache de inmensos ojos esmeralda. Pero cuando volví la vista atrás cogida de la mano de mamá mientras caminaba hacia el autobús, vi a lo lejos el reflejo verde y negro del que fue siempre para mí mi primer gato, ese que, por más que yo lo quisiera, nunca fue mío.

martes, 13 de octubre de 2015

¡Salto a las redes sociales!

Pues eso, como bien indica el encabezado de esta entrada, ¡ampliamos horizontes! Pero no, no nos mudamos. Solo amplificamos nuestra voz con tres herramientas muy sencillas: facebook, twitter e instagram. ¿Te animas a acompañarnos?

Toda esta aventura bloguera comenzó un martes y 13 y hoy, acogiéndolo como tradición, es el día elegido para contaros las novedades del proyecto. Bueno, todo todo tampoco, habrá que dejar un poquito de intriga entre nuestros lectores e ir descubriendo poco a poco todo lo que tenemos que contaros. Defendemos la suerte que dan los martes, el número 13 y los gatos negros. ¿Qué puede salir mal?

Así que os esperamos por allí para que compartáis con nosotros todo lo que queda por decir, queridos catlovers. ¡Pasaremos lista!

Facebook: El bigote de Pandereta
Twitter: @BigotePandereta
Instagram: @BigotePandereta


viernes, 24 de julio de 2015

¿Qué haces con tu peludo cuándo vas de vacaciones?

En un país que está a la cola de Europa del turismo "petfriendly" y que no puedes llevar a tu mascota a casi ningún hotel es complicado a veces plantearse un viaje decente si tienes mascota. Ademas el tema del transporte de mascotas en trenes, aviones y autobuses da para escribir un post a parte... y no precisamente optimista.

En mi caso particular, no me puedo quejar, porque siempre que he querido hacer un viaje largo he podido dejar a la Kaede en el mejor hotel del gatomundo: la casa de mi madre :) . Pero con tanto ir y venir de una provincia a otra, también nos ha surgido alguna que otra emergencia, así que nos las sabemos todas.

Hay webs como DogBuddy que ponen en contacto a familias con "petsitters" (canguros de mascotas). Esta en concreto está orientada sobre todo para perros, también puedes encontrar muchas personas dispuestas a hacerse cargo de tu gato. No sólo es interesante si necesitas una mascota, también es genial si quieres sacarte un dinerillo extra, ya que todo el mundo puede inscribirse. Además ellos se encargan de intermediarios en cuanto al dinero y otros asuntos complicados.

Una muy buena opción es investigar en las protectoras de tu zona a ver si alguna ofrece ese servicio. Algunas tienen voluntarios que lo hacen como medio para sacar unos dinerillos extra que nunca vienen mal para una protectora. Si no tienen ese servicio, siempre puedes proponérselo quizás no se les ha ocurrido o quizás conozcan a alguien de confianza que puedan recomendarte. En nuestro caso una vez tuvo que quedarse en Barcelona Kaede mientras yo hacía un viaje expres a Alicante y contratamos el servicio de DeGats sitters. Una voluntaria vino a nuestra casa a conocernos y a saber dónde estaba todo lo que necesitaría Kaede para pasar el fin de semana, es decir:  el pienso, la latitas, el agua y su cordonera de jugar favorita.

Nos mandaron muchas fotos y quedamos muy contentas las dos con el servicio:




¿Y vosotros? ¿Qué hacéis con vuestros peludos cuando os vais de vacaciones? ¿Seguís tirando de familia y de colegas para que os ayuden u os habéis animado a contratar un petsitter?



viernes, 10 de julio de 2015

Dibujos de gatos

Los mejores ilustradores gatunos de Instagram.

¿A ver quién  de aquí no se entretiene viendo fotos y vídeos de gatitos cuando debería estar trabajando duro? ¿Quién? ¡Qué levante la mano el que no lo haga!

Bueno pues aquí servidora, adicta al Instagram y ailurofílica total, ha perfeccionado el arte de entretenerse viendo gatitos.  Soy fan de los ilustradores que dibujan gatos, me dedico a buscarlos por instagram. Os presento a mis tres favoritos ailurofílicos dibujantes y a un extra:

Laura Agustí

Para ver su trabajo entra en @lalauri

De verdad merece la pena echar un vistazo por su Instagram, por su web y por su Facebook. Sus gata-humanas son espectaculares, su mirada conmueve.




Amaia Arrazola

Para ver su trabajo entra en @amaiaarrazola

Seguro que a Amaia muchos ya la conocéis, no necesita mucha presentación. Yo la conocí porque una amiga me recomendó que me comprara su libro Corazón robot porque "salía yo"  una de las ilustraciones. ¿Verdad que puedo ser yo la que está tumbada con la Kaede en el sofá? 

Vanesa Psyca

Conoce su trabajo en  @psyca

Fue la primera ilustro-gata que conocí. De hecho, conocí primero su otro instagram, el personal, en el que cuenta cómo es su vida y la evolución de los gatitos que acoge. El protagonista de la foto es uno de sus gatos y esta ilustración se ha convertido en todo un símbolo del movimiento gay. Muy, muy, muy fan.





Señor Miau

Conoce a los señores Miau en @srmiau

Estos ya son rizar el rizo. No se trata de ilustradores, pero creo que merecían un hueco en este post. No se trata de ilustradores, se trata de pequeñas obras de arte en cuerpos de los tradicionales maneki neko. Puedes pedir el tuyo a tu gusto, totalmente personalizado… ¿sabéis quién se ha pedido uno para su cumpleaños?







lunes, 22 de junio de 2015

Cosas de patas

Que en el mundo de los catlovers hay pocos temas ya que no se hayan tratado y a mí hoy me apetece hablar de las patitas de mis bigotudos :)


Y es que, ¿quién piensa que con ellas solo caminan? Hasta el gato más pasivo del mundo utilizará sus patitas para acicalarse la cara y estar bien guapo, pegarte un zarpazo si te pasas de la raya, tapar sus heces u orina para no dejar huella y alcanzar lo que quiera de esa forma tan peculiarmente graciosa.

Pero, ¿y tu felino?, ¿las usa para algo más?

En mi caso, convivo con un gatete de nombre Turrón que utiliza su pata a modo de cuchara. Sí, sí, coge con ella el agua y se la lleva a la boca para beber, ¿por qué hacerlo fácil pudiéndolo hacer tan complicado?

Otra de mis compañeras con bigote las utiliza para quitarme las gafas. Absolutamente siempre que la cojo en brazos. Y es que por algo digo que Leia es maligna.. además, lo hace con muchísimo arte.

Sancho, sin embargo (no hace falta que os cuente quién es Sancho porque todo el mundo conoce a este gordito de ocho kilos que es la mitad amor) usa su patorra para adjudicarse lo que él considera que es suyo. El mando a distancia, el móvil, un juguete,.. ¡zas! Rápido como el viento pone su patica encima y tendrás que ser tú el que se la levante si quieres recuperar el objeto.

Mi Vela la utiliza suavemente para despertarme, dándome pequeños toques en la boca y en los párpados. Tengo mis dudas con respecto a si quiere decirme que tiene hambre o que abra los ojos para mirarla. En cualquier caso, siempre es un placer que ella sea lo primero que veo al despertar.

Y para finalizar, el joven Michu, gatico de tres paticas del que igual pensáis que no sabe hacer nada de lo anteriormente dicho, ¡ja! Tiene su estilo propio, lo que lo hace más atractivo aún si cabe. Como no puede sostenerse de pie y lavarse a la vez, se tumba en el suelo y mientras hace la croqueta, se limpia hasta el último bigote. :)



¿Tu peludo utiliza su pata para algo original? Ojalá nos sorprendáis con historias de pata-tenedor o abrepestillos, ¡me encantaría!

viernes, 29 de mayo de 2015

Transporte solidario: Operación Liberad a Willy

Como vosotros bien sabéis, la Kaede y yo somos viajeras expertas. No llevamos ni cuatro años juntas y ya hemos pasado por tres comunidades autónomas diferentes.
Tener la familia en un lado y el trabajo a 500 km de ella hace que de tantos trayectos en tren y en coche ya no sepamos si vamos o si venimos. Así que hemos decidido aprovechar nuestros viajes de rutina para algo bien útil y bien necesario: el transporte solidario.

Todo empezó este verano, cuando vimos que APADAC una protectora de Callosa del Segura (un pueblo cerquita del mío en Alicante) buscaba con urgencia un transporte solidario para un gatito que había encontrado una familia cerca de Barcelona. Así que la Kaede y yo no nos lo pensamos dos veces e invitamos al pequeño siamés a viajar con nosotras.

El fin de semana pasado tuvimos la suerte de volver a repetir la experiencia. De nuevo APADAC  tenía hogar par un gatito en tierras catalanas y como la Kaede decidió que me esperaba en Barcelona muy bien acompañada (ya os contaré ya… ¡vaya bandida la Kaede!) fue Willy quien ocupó su sitio como acompañante en mi viaje en tren.

¡Eso sí! El pobre Willy, que no podía ser más guapo y más bueno, no se libró de una sesión de fotos :)

¿Y vosotros? ¿Habéis tenido alguna experiencia con algún transporte solidario gatuno/perruno/hurón/tortuga/conejo?


lunes, 11 de mayo de 2015

Qué hacer si me encuentro un gatete (o perrete)

A estas alturas, muchos de nosotros ya tenemos asimilado que no podemos salvarlos a todos, ¡qué más quisiéramos! Pero, ¿y si nos lo encontramos nosotros? También tenemos claro, menos mal, que no vamos a mirar para otro lado.

La inmensa mayoría de la gente cree que la única y exclusiva solución es la de llamar a una protectora. Y por desgracia, también la inmensa mayoría si recibe una negativa, cree que ya ha hecho todo lo que estaba en su mano y se desentiende. No sin antes hacer sentir muy mal a la persona que lo haya atendido. No querrá escuchar excusas sobre la saturación que sufren ni los problemas económicos por los que atraviesan. Dirán "ah, que no vas a hacer nada, ¿no? Pues ahí se queda", o algo muy similar. Dejando en el voluntario no solo la impotencia que le produce no poder ayudar al animal, sino también el mar sabor de boca que deja el egoísmo.

Hoy quisiera contaros todo lo que creo que podemos hacer nosotros solitos, sin necesidad de "pasarle el marrón" a otros, a otros que por cierto tendrán decenas de "marrones" a su cargo y una larga lista de deudas en el veterinario.



Lo primero sería llevarlo a un lugar seguro. (Ni que decir tiene que si el animal está grave o presenta síntomas de enfermedad, donde tiene que ir es al veterinario). No hace falta que sea a tu casa, hay gente que desde el primer momento se agobia pensando "en mi casa no se puede quedar". Pero pensemos un rato, quizá en la casa de un familiar, o pregúntale a algún vecino, a tu pareja, a algún amigo. Salvarle la vida a un peludo vale deber algún favor.

Otra cosa importante a tener en cuenta sería que la negativa de la protectora a quedarse con el animal, no conlleva que te nieguen otro tipo de ayuda. La gente se sorprendería si en lugar de amenazar y ponerse a la defensiva con ellos, empezara la conversación diciendo "yo me lo puedo quedar hasta encontrarle una casa". Pueden ayudarte a difundir al animal y en caso de estar muy grave y necesitar algún gasto veterinario, pueden echarte una mano organizando una rifa en su beneficio o alguna actividad similar. 

Puedes colgar carteles por tu localidad o ciudades vecinas. Lo más propio es en veterinarios y tiendas de productos para mascotas. Pero también es eficaz dejarlos en sitios como tablones de anuncios de ayuntamientos, bibliotecas, copisterías o colegios.



Puedes difundirlo en redes sociales, la gente de facebook, twitter o intagram se vuelcan con estos temas, a pesar de ser cientos los anuncios nuevos que se cuelgan cada día.

También hay páginas de anuncios de difusión animal que te podrían ser útil: Segunda mano, Locas felinas, Pon una mascota en tu vida, Proyecto mascota, Animales sin hogar, 8 patas, SOS animales, mil anuncios,.. y muchíiiiiisimas más que podrás encontrar en el buscador.

Con insistencia, paciencia y mucha dedicación, encontrarás un buen hogar para el peludo que se haya cruzado en tu camino. Pero ojo, recalco lo de "buen" hogar porque no todos son buenos. Lamentablemente, detrás de cada buena acción, hay gente de todo tipo esperando para jugártela. Tendrás que ser un poco Sherlock y servirte de tu intuición. Aunque estoy convencida de que tras pasar un tiempo cuidando de ese nuevo amigo, te faltarán ojos después para saber con qué clase de familia quieres que emprenda su viaje.


Por cierto, la que nos ha ayudado a ilustrar esta entrada ha sido Luz, la gata con la que aprendí el proceso. :)


miércoles, 15 de abril de 2015

Qué hacer cuando mi gato fallezca...

…o con mi perro o mi pájaro o mis peces…

Ya, ya sé que esperabais una entrada sobre gatotecas japonesas y maneki neko y en cambio os vengo con un tema mucho más complicado. pero es que el otro día, cotilleando por el mundo animal en facebook, encontré a una chica que preguntaba en un foro qué hacer con su perro cuando falleciera, puesto que se trataba ya de un abuelete y empezaba a sufrir los primeros achaques de la edad,
Me leí de principio a fin los más de 50 comentarios y la verdad es que aprendí mucho de la experiencia de los demás. Yo nunca me he visto en esa situación pero, llegado el caso, creo que ya sé por qué solución optaría.
Una de las cosas más interesantes que descubrí fue que en Barcelona hay un cementerio de máscotas (Cementiri de petits animals) dónde puedes llevar a tu mascota (incinerada o no) a ser enterrada o recogida en un nicho. Yo pensaba que estos sitios eran algo más propio de películas de terror que de la vida real, pero lo cierto es que se trata un lugar precioso, rodeado de naturaleza, que nada tiene que envidiar a uno de nuestros cementerios convencionales para humanos, hasta hay un autobús directo que va desde Barcelona Zona Universitaria el primer domingo de cada mes y el trayecto es un cuarto de hora.


(fotografía extraída de su web)


Una de las primeras dudas que llega tras fallecer nuestro amigo es ¿qué hacer con su cuerpo? ¿Enterrar o incinerar? Si nuestro colega cruza el arco iris en casa no estamos obligados a dar parte de su defunción y si contamos con un terreno privado quizás tengamos un precioso árbol o un rincón especial que albergue su cuerpo para siempre. ¡Pero cuidado! No se puede enterrar a nuestro amigo en cualquier lugar, la ley no permite el enterramiento de animales en lugares públicos, así que por mucho que le gustase a nuestro amigo aquel pipican del barrio, deberemos abstenernos de plantarnos allí con una pala.

Si el fallecimiento se produce en el veterinario sólo podremos sacar su cuerpo sin incinerar si se nos autoriza con un papel de la clínica que nos asegure que no fue resultado de una enfermedad contagiosa. Seguramente  te pidan este papel en el cementerio si decides llevarlo allí. Lo habitual  (por lo menos en los casos que he escuchado) es que antes de salir del veterinario sea incinerado. ¿Qué hacer con las cenizas? Por supuesto puedes quedártelas contigo y encontrar un lugar ideal de la casa para guardarlas pero en el foro dieron algunas ideas alternativas que merece la pena conocer: 

Skrekkogle es una empresa noruega que, si le envías una foto y el bote de las cenizas, podrá realizar un cuadro que las conservará de manera original. Si os soy sincera esta opción me produce emociones encontradas, una parte de mí piensa que es exhibición y frikismo y se acerca a la idea de la disección (que ni siquiera tengo en cuenta) pero a la parte de mí que estudió Bellas Artes le parece algo simbólico y emotivo. ¡Vaya que me repele y me encanta al mismo tiempo! Así que juzgad por vosotros mismos:



(imágenes sacadas de su web)


Una de las opciones más bonitas (y más "de película") es la de lanzar sus cenizas al mar. Para eso hay que pedir una urna especial, debemos ser muy cuidadosos con el medio ambiente y no podemos lanzarlas en cualquier recipiente. Pero hay una opción más, de hecho mi favorita y creo que me gustaría hasta para mi propia persona. Se trata de pedir una urna especial, biodegradable, y meter en ella junto a las cenizas de  nuestro amigo las semillas de una planta que nos guste y enterrarla o, mejor dicho, plantarlos juntos en lugar importante para nosotros. Con el tiempo y los buenos cuidados de la tierra quizá veamos florecer la planta más especial de nuestro jardín, una que nos recuerde que la vida es un ciclo y que debemos siempre seguir avanzando.

sábado, 4 de abril de 2015

¿Por qué educar en el respeto a los animales?

Como mi compañera sigue de viaje por tierras orientales, qué mejor que aguantar la espera de las magníficas fotos e historias que nos aguardan, que tratando temas animalistas en este espacio.

A la pregunta de ¿por qué creéis que debemos educar a los niños en el respeto a los animales?, la respuesta es muy sencilla, porque queremos adultos respetuosos con los sin voz.

Si algo tenemos claro es que la mejor manera de educar es predicar con el ejemplo. Pero, ¿somos cien por cien un buen ejemplo?

Hace unas semanas asistí a una charla para niños sobre conceptos básicos y derechos de los animales. La actividad consistía en elegir al azar un animalito de juguete y que explicaran todo lo que supieran sobre él. El perro muerde, el gato araña, el tiburón mata, el elefante puede chafarte, al igual que el rinoceronte, la araña pica,.. La encargada de dar la charla ya contaba con la facilidad que tienen los niños de recordar los rasgos “menos buenos” a la hora de describir a un animal. Y, dándole la vuelta a la tortilla, justificó cada rasgo que ellos consideraban negativo y la mayoría de ellos quedó convencido. ¿No sería más fácil explicarles que el gato callejero se eriza cuando se asusta o que una araña no te picará si no invades su territorio? En vez de eso, les transmitimos que el humano es bueno y el mamífero, insecto o reptil, ataca.

En el sistema educativo, rara vez se incluye el respeto a los animales. En la escuela son tratados como meros recursos para satisfacer nuestras propias necesidades. “Andrés tenía 13 pollos y se comió 7, ¿cuántos pollos le quedan ahora?”

Quizá el problema también resida en la línea que separa el que te gusten los animales y defenderlos. ¿A quién no le gustan los animales? Son peludos y una monería. Pero dentro de ese grupo están los que van a verlos a zoológicos y circos y los que defendemos sus derechos e intentamos inculcar ciertos valores. Al hacerlo a edades tempranas, solo tenemos que enseñar, ya que más tarde modificar conductas será una ardua tarea.

No está todo perdido, por suerte. ¿Sabéis que una vez una mamá adoptó a dos gatitos porque su hijo de 13 años prefería la compañía felina que una play station? Y hoy por hoy sigue mimándolos como el primer día.

Uno de mis alumnos, de tan solo 6 años, vive al lado de un campo de tiro. A su corta edad ya son varios los pichones que ha recogido malheridos y, tras un periodo de curas y reposo, los ha echado a volar.

Una niña de 12 años, que hoy cuenta con algunos años más.., metió a su gata herida en un carro de la compra y la llevó al veterinario, pagándolo con sus ahorros, tras repetirle su madre durante días “ya se curará sola”.

Y sin ir más lejos, este verano una amiga presenció como unos niños pasaron de maltratar a unos cangrejos en la playa, tirándoles arena, a convertirse en los héroes de aquella cala al salvarles la vida porque escucharon sus consejos.

Historias que me conmueven. :)

Y me despido con un vídeo de un niño increíble, que seguramente ya conozcáis porque se convirtió en viral por la deducción lógica que ya podríamos tener la inmensa mayoría.



lunes, 9 de marzo de 2015

Qué hacer si se pierde mi gato

Hace unos días Lizzie, la gata de mi amiga, desapareció y su familia se volvió loca de preocupación buscándola. Por “suerte” Lizzie había caído en un patio interior del edificio dónde, a pesar de haberse roto una pierna, encontró agua acumulada por la lluvia y seguramente algún bichejo que llevarse a la boca. Sobrevivió 6 días hasta que la encontraron, ya está sana y salva y su experiencia me ha enseñado cuatro cosas que quiero compartir con vosotros. También quiero aprovechar a las más de 300 personas que compartieron su foto por las redes, sobre todo a los catlovers twitteros y protectoras de Barcelona como La Lliga d'Animals i Plantes que estuvieron muy atentos.


Lizzie os da las gracias infinitas

En los primeros momentos


Te acabas de dar cuenta. Tu gato no está, no aparece por ningún lado, ya notas el pánico subiendo por tu garganta... Tranquilo, la histeria nunca ayudó a nadie y si tu gato está asustado por algún motivo y escondido en algún lugar de tu casa, el hecho de que tu te pongas a dar gritos de loco por todos los rincones de tu casa no le va a ayudar a relajarse y salir. Así que párate a pensar 5 minutos y elabora un plan de acción.

Lo primero de todo, ¿sabes por dónde ha salido? Quizás nos empeñamos en dar vueltas por la calle una y otra vez cuando en verdad el gato no ha salido del edificio. Lo mejor, si no hemos visto al gato salir por la puerta y marcharse, es registrar cada puerta, balcón y ventanita de tu casa, por minúscula que sea. Lizzie cayó por una ventana pequeña de ventilación del baño y acabó en el patio interior de un restaurante chino. Asómate a todos los rincones de tu casa y si están oscuros busca una linterna, quizás veas sus brillantes ojos al final de un patio oscuro.

Pasea calle arriba y calle abajo, pregunta a los vecinos, quizás alguno lo ha visto o quiera acompañarte en la búsqueda. Mientras lo buscas no dejes de decir su nombre a ver si se da por aludido y quiere responder a la llamada. Ya sabemos como son los gatos, a veces el nombre no es la mejor forma de llamar a un gato. Quizás hay palabras o sonidos que le resulten más atractivos: en casa usamos comederos de metal para darles la latita (media latita a media tarde como premio) y los gatos al oir el sonido de una cuchara al chocar con el comedero aparecen aunque estén escondidos en el fin del mundo.

Cuando han pasado unas horas


Han pasado unas horas y el gato sigue sin aparecer. Mientras esperas a que se haga de noche te recomiendo lo siguiente: busca una foto de tu gato que se vea bien, que mire de frente y se aprecie si tiene algún rasgo distintivo (quizás sea cojito o tenga el rabo corto o una mancha muy peculiar en la nariz) y empieza a difundir.

Primero difunde por lo mas cercano tu edificio o tu vecindario, un cartel en el ascensor o en la puerta del garaje por dónde todo el mundo pasa. Luego intenta colgar alguno más en las farolas o semáforos de tu zona así aprovechas para dar otro paseo y ver si lo encuentras.... y no te desanimes si los ves arrancados, es muy frecuente. Sigue intentándolo. Recuerda que es muy importante poner tu teléfono de contacto y el nombre del gatito.

Escribe a las protectoras y llama a los veterinarios de la zona. Quizás alguna haya encontrado un gatito de esas características, mándales su foto y tu teléfono. Si no lo han encontrado podrán publicarlo en sus redes sociales, a ellas les sigue un montón de gente dispuesta a echarte una mano si lo encuentran y seguro que mucha gente a su vez comparte su foto. También puedes pedirle ayuda a tus amigos y que lo compartan en sus muros, todos tenemos un amigo que es un twit-start o que tiene mil seguidores en Instagram y que está dispuesto a mover la foto por las redes. Eso sí, cuando tu gato reaparezca, porque con tanta energía positiva va a reaparecer seguro, escríbeles y dales la buena noticia y las gracias, te emocionará ver la alegría de la gente que de verdad seguía el caso.

¿Ya es de noche? Coge una latita, sus chuches favoritas y da otra vuelta. Di su nombre, di “latita”, cuando alguien te mire con cara de “¿qué hace esta loca?”, cuéntales tu situación y verás como cambian a la expresión de “voy a ayudar a esta chica...”. Los gatos que no están acostumbrados a salir a la calle se asustan con facilidad, puede que la tranquilidad de la noche y oír tu voz les ayude a salir. Busca entre los arbustos y debajo de cada coche.

Prevenir mejor que curar.


Es muy importante tener en cuenta un par de cosa que nos ayudarán a encontrar al gato si se pierde o prevendrán que se escape.
1- Un gato no castrado es mucho más escapista. La gata de tu vecina (o las gatas de la calle) está en celo y tu gato se muere de ganas de que abras la puerta para ir a visitarla. Esterilizar es muy importante.
2- Ponle un chip a tu gato, si se pierde y lo llevan a un veterinario podrán leerlo y les aparecerá tu número en la pantalla y te llamarán. También puedes ponerle además un collar con una cápsula o una plaquita. En la cápsula podrás escribir tu teléfono y además el hecho de que lleve collar lo diferenciará de cualquier callejero.
3.- Pon redes en balcones y ventanas. Una buena red en una ventana puede ahorrarnos un buen disgusto.

Lizzie y Darcy jugando juntos en su casa. Historias con final feliz.



Espero que esta entrada te haya parecido interesante, pero que nunca nunca tengas que usarla.  

domingo, 1 de marzo de 2015

Destinos bigotudos 3: ¡JAPÓN!

¡Sí señores! Dentro de algo más de tres semanas, servidora se coge un avión y se planta en Tokio, para disfrutar de uno de los destinos más bigotudos que se puede imaginar. ¿Sabías que la onomatopeya japonesa para imitar el maullido de un gato es nyan nyan? Y nosotros aquí diciendo miau miau…

Aunque ya os hablaré a la vuelta de si es verdaderamente gatuno este país, quiero compartir con vosotros algunas de las las curiosidades bigotudas que me voy encontrando al preparar el viaje.
Seguro que más de uno, al unir los conceptos de gato + Japón, lo primero que le ha venido a la cabeza ha sido un cat café o quizás la imagen de un maneki neko (ya sabéis, esas figuritas de gatitos con la patita levantada).

¡Por supuesto que pensamos visitar un cat café! Me han hablado de un par que se encuentran en la zona de Shibuya pero, ¿sabéis cuántos cat café hay en la ciudad de Tokio? Pues tendríamos que tomarnos unas 40 tazas de café si quisiéramos visitarlos todos (eso es mucha cafeína...). Lo cierto es que el concepto de café con gatos es originario de Taiwan pero los japoneses, que son más frikis que nadie, lo llevaron a su máxima expresión y por lo que he leído podemos encontrar cat cafés que además están especializados: en gatos negros, en gatos gordos, en alguna raza concreta, un cat café con una cabra o un cat café con conejitos (¿eso no sería un rabbit café?).

Mientras en España tendremos que conformarnos con nuestra querida Gatoteca, la que por cierto visité hace unos meses y me encantó:

¡Por supuesto, dejé constancia de mi visita en Instagram! 


Pero mucho antes de que el primer cat café llegara a Tokio ya era famoso el maneki neko, gatito que seguro que habéis visto en muchas tiendas de los chinos de vuestro barrio y que está sentadito levantando una patita. Por lo visto dependiendo de qué patita levante la figura atrae la fortuna o el dinero. Pienso comprar un par de cientos de ellos en Japón y a colocarlos alrededor de mi cámara de fotos…

Maneki neko, imagen de Internet


Pero... ¿de dónde viene esta pasión de los japoneses por los gatos? Bueno los que me conocéis ya sabéis que me encantan las historias, las leyendas y los cuentos, así que he estado investigando. Ahí va:
En Tokio hay varios templos dedicados a la figura del gato entre ellos uno llamado Goutokuji. La leyenda explica que allí vivía un monje muy muy pobre que vivía en compañía de su gato, lo compartía todo con su minino, hasta la poca comida que conseguían. Un día andaba por la zona un señor muy rico al que sorprendió la tormenta en mitad del campo. El pobre señor incauto, un personaje que era más de ciudad que de campo, no tuvo otra ocurrencia que refugiarse bajo un árbol. Cuando el felino, que no estaba acostumbrado a ver más humanos que su querido monje, se cruzó con él se asustó mucho e intentó espantarlo levantando y moviendo la patita. El señor ricachón, que no entendió muy bien qué quería decirle el minino, se dirigió hacia el gato creyendo que lo estaba llamando. Un segundo después de levantarse, un rayo fulminó el árbol en el que estaba sentado. El gato le había salvado la vida. El señor rico siguió al gato hasta el lugar dónde se refugiaba el monje y se quedó con ellos hasta que amainó la tormenta. Desde entonces nunca les faltó de nada al monje y a su gato ya que el señor rico, desde su casa en la ciudad, se encargó de ello personalmente en muestra de su agradecimiento por haber salvado la vida gracias el pequeño felino.

¡Cientos de gatitos en el Templo Goutokuji! Foto extraída de la web http://www.tofugu.com/

Si conocéis otra leyenda sobre el origen del maneki neko o habéis visitado Japón y queréis recomendarnos algún lugar que visitar, ¡espero vuestros comentarios!


Por cierto, para los más frikis de la animación japonesa, deciros que no pienso perderme el Museo Ghibli y que saludaré a Totoro de vuestra parte. ¿Creeis que podré hacer el viaje a Japón en el Gatobus? Creo que tendré que conformarme con un simple y aburrido avión…


Fotograma de la película Mi vecino Totoro

martes, 17 de febrero de 2015

Mis gatos más longevos

Aprovechando el tema que ha tratado mi compañera de los gatos más longevos que se han hecho famosos, me ha apetecido contaros a los que he tenido la suerte de conocer yo.

Toribio:

Un gato de 12 años que pasó sus 8 primeros en las calles. Cuando lo conocí tenía tantas heridas de guerra e hijos a la espalda que podría haber estado horas contándome batallitas si supiera hablar humano. Lo esterilicé y tras la analítica me di cuenta que la calle no perdona, tenía inmunodeficiencia felina.




Monet:

Un día recibí una llamada del veterinario para contarme que un señor se había personado esa misma mañana con un gato de unos diez años. Alegó que era de su padre y que éste últimamente había tenido problemas respiratorios y había decidido separarlos. No pensó llevarlo a una protectora, ni buscarle otro hogar, no. Directamente se presentó en el veterinario solicitando su eutanasia.



Nemo:

Me llegó un mensaje desesperado de una amiga pidiendo ayuda para difundir un caso. Nemo, un gato de 12 años, llevaba meses viviendo solo en un apartamento porque su familia había decidido que ya no quería que viviera con ellos. Nos daban un ultimátum. El día que conocí a Nemo no me podía creer que hubieran tomado esa decisión. Me pareció el gato más maravilloso y bueno del mundo.



Munch:

Antes de conocerlo me pasé una hora entera buscándolo por las calles donde nos habían dicho que estaba. Solo lo había visto en fotos y ya me había robado el corazón. Por suerte mi compañera logró cazarlo esa misma tarde, lo que me permitió llevarlo al veterinario de inmediato y enterarme de que era un anciano de diez años, enfermo de todo lo habido y por haber.



He pensado mucho en ese anciano al que no le pongo ni cara, pero al que un día su hijo separó de su amigo fiel, sin avisar. En la familia de Nemo la verdad es que no he pensado mucho y tampoco sé si ellos habrán recordado alguna vez a ese felino al que dejaron de querer. Nunca sabré cómo Munch acabó en la calle en ese estado tan demacrado ni la de cosas que tuvo que vivir en el camino.

¿Pero sabéis todo lo que sí sé?

Toribio es el rey de mi jardín. Qué digo el rey.. ¡el padrino! Todo un Vito Corleone. Esta semana mismo ha tenido su última revisión y resulta que está más sano de lo que yo lo he estado nunca.

Monet creo que ya no recuerda nada de su anterior vida. Tan solo convivió un par de semanas con nosotros, ya que tuvo la suerte de ser adoptado por una veterinaria que además tenía otros dos gatitos abueletes, así que encima ahora él es el joven. Come del mejor pienso, me da a mí que no se ha visto en una igual.

Nemo encontró al amor de su vida. Su mamá es una gran persona que además he tenido la suerte de conocer. Lo acogió cuando más lo necesitaba y lo adoptó tan solo un mes después, perdidamente enamorada ya de él. Recientemente también ha tenido una revisión veterinaria que nos dejó claro que hay Nemo para rato. Noticia que sigo celebrando.

Y Munch, un minino que me da a mí que se ha hecho famosete en el mundo gatuno. Me regaló medio año de su grata compañía y después me abandonó, pero para irse con su media naranja. No podría tener una mamá mejor. Ver de nuevo el brillo en sus ojos es lo que más deseaba, pues lo había perdido en algún contenedor, junto a su pelo, sus dientes y su salud.

jueves, 12 de febrero de 2015

¿Qué tienen en común los gatos más longevos del mundo?

¿Conocéis a Tiffany Two? Recientemente se ha hecho famosa por ser la gata viva más mayor conocida, tiene 26 años (que el equivalente humano ronda los 121) y es una preciosa gata carey que me tiene enamorada. Además según dice de ella es una gata valiente dónde las haya, según he leído por ahí su dueña afirma que: "No tiene miedo de nada ni de nadie. Puede pasar cerca de los perros, es muy luchadora". Ya sé que todas las carey son diferentes pero… ¿no os recuerda un poquito a Aitana de Bigote de Gato? Careys y luchadoras...
  



Me entró la curiosidad y me puse a investigar. ¿A que no sabéis a quien le robó el título nuestra querida Tiffany Puff? Pues a una preciosa gata llamada Poopy que también tiene el pelo de tres colores desordenados, sí señores, Poppy era también una preciosa gata carey pero con tonos claros. Además nos cuentan que murió sorda y ciega pero hasta el último momento tuvo mucho carácter, no dejaba que ninguno de sus compañeros gatunos les robara la comida.


¿Qué tendrán las carey que son tan luchadoras? Y que todavía haya gente que se resista a adoptarlas…

Pero no puedo terminar esta entrada sin mencionar a Creme Puff, porque ¿qué tienen en común los gatos más viejitos del mundo? ¡Pues que son gatas! Creme Puff fue la gata más longeva de la historia, que murió con 38 años y 3 días, no era una gata carey, pero sí una preciosa hembra felina. 



domingo, 8 de febrero de 2015

Todo lo que no maullamos aquel Interrail...

Destinos bigotudos 2: Holanda y Bélgica

Hace unos meses yo y un par de amigos nos echamos la mochila al hombro y nos lanzamos de Interrail por los Países Bajos. Aunque tengo que reconocer que fue un viaje genial, recientemente he descubierto un par de cosas súper bigotudas que me hubiera encantado visitar. Como no quiero que os pase a vosotros, mejor os las cuento para que vayáis tomando nota. Por cierto, ¿qué hacéis el segundo domingo de mayo de este año? Yo creo que ya estoy planeando mi segundo viaje a los Paises Bajos y a lo mejor después de leer esto os apetece venir conmigo.

No tenía yo ni idea de la pasión de los holandeses de por los gatos pero un día andaba yo cotilleando por los #hastags en Instagram (dónde me podéis encontrar como @elenakaede) cuando tropecé con una cuenta gatuna y singular que se llama @catsofamsterdam. Si sois bigotudos instagramers os la recomiendo no sólo veréis un montón de fotos preciosas de gatos si no que descubriréis al mismo tiempo una ciudad espectacular. Así descubrí el Kattenkabinet, un museo de Amsterdam lleno de  pinturas dibujos y esculturas sobre gatos, entre los artistas hay obras de Picasso, Rembrandt o Toulouse-Lautrec. No sabéis cuánto me arrepiento de no haberme enterado antes de ir…



Si hay una cosa que me hubiera gustado visitar por encima de todas cuando fui a Amsterdam es Poezenboot, que estoy segura de que muchos de vosotros conocéis pero es un lugar del que yo no sabía nada hasta hace un par de meses. ¿Cómo se me pudo pasar semejante lugar? El Poezenboot, para los pocos que no lo sepáis, es una residencia para gatos en una casa-barco. Gatos que viven en un barco, tal cual suena. Buscando información por ahí he visto que nuestros colegas de Gatos y gatunos ya han estado, pero como nosotras todavía no, he cogido una foto de google para que veáis de qué os hablo:




Ahora cojamos un tren y vayámonos a Bélgica (dónde por cierto llevan unos 5 años con políticas serias de esterilización de callejeros), concretamente a la ciudad de Ypres. Todos sabemos que la Edad Media no fue famosa por su amor a los felinos ya que los asociaban al demonio, a la magia y a las brujas y en muchas partes de Europa se dedicaron a aniquilarlos sin piedad, este fue el caso de Ypres, dónde desde el siglo XII hasta principios del XIX (un buen porrón de años...) se dedicaron a lanzar gatos vivos desde el campanario Lakenhalle como método de exterminio. Por suerte estos belgas han sabido reconciliarse con la tradición y en 1930 decidieron retomar esta actividad pero lanzando gatitos de peluche que los ciudadanos esperan ilusionados. Durante estas fechas Ypres se llena de gatitos por todos los escaparates y hasta hacen desfiles por las calles. Este festival se llama el Kattenstoet y se celebra el segundo domingo de mayo de cada tres años y ¿sabéis qué? ¡Este 2015 toca fiesta!




¿Sabéis que la tauromaquía tal y cómo la conocemos también nació en España en el siglo XII? Buena nota podríamos tomar de los belgas y comenzar a lidiar toros de peluche, ¡esa sí que sería una buena fiesta nacional!



miércoles, 4 de febrero de 2015

Los dueños de internet (I parte)

Que los gatos son los amos del cotarro en internet es algo que sabe todo el mundo. Por eso no fue extraña la noticia de hace unos años, que nos contaba que lo más parecido a un cerebro artificial que había conseguido crear Google había aprendido su primera palabra: Gatito. Lo hizo mediante un método de análisis de imágenes, más de 10.000 entre numerosos vídeos de youtube.

Experimentos aparte, ¿quién no se ha pasado largos ratos delante de la pantalla viendo vídeos graciosos de gatos? Iba a añadir “cuando no tenemos nada que hacer”, pero.. ¡Ay de nosotros!, creo que también nos pasamos largos ratos viendo esos vídeos aunque tengamos tareas pendientes. Vamos, que lo hacemos porque nos gusta, como Enjuto Mojamuto.


Y si no que me lo digan a mí, que he visto tantas veces este vídeo discotequero gatuno que sé cada gracioso movimiento de memoria. Y he obligado a más de uno a verlo.


O si no el que viene a continuación, que no siendo yo fan de los videojuegos he disfrutado siempre al mismo nivel con su visionado.


Y este último, mi descubrimiento más reciente. Los gatos malignos me enamoran y este pelirrojo asesino de soldados de papel me tiene loca.


He tenido que especificar en el título de esta entrada que era la primera parte, por la cantidad de vídeos que me he dejado reservados para la próxima. Animaos a contarnos si existe algún vídeo gatuno que siempre os saca una sonrisa, si conocíais estos, qué os ha parecido su descubrimiento en caso de que no y cuánto tiempo dedicáis a esta curiosa actividad.

sábado, 31 de enero de 2015

Destino bigotudo 1: TURQUÍA

¡Ay ay ay! ¡Qué emoción!
Estoy planeando mi viaje de semana santa (¡pedazo de viaje!) y os puedo asegurar que va a ser a uno de los destinos más gatunos que os podáis imaginar, pero todavía no os quiero decir donde... jejeje
El caso es que andaba yo pensando en otros viajes gatunos que he realizado y me vino a la mente la visita de este verano a Estambul, Turquía.
Pasear por los mercados, parques y jardines de las mezquitas de Estambul es estar rodeado constantemente de los preciosos felinos que habitan sus calles. Recuerdo especialmente a una gata que se paseaba por Santa Sofía, con la tranquilidad de quien está en su propia casa, dejándose fotografiar y hasta acariciar por todos los visitantes que pululábamos por allí, y os aseguro que no éramos pocos.


Y es que los gatos turcos buscan el cariño de los humanos turcos. ¿Sorprendente verdad? Pero es que allí se preocupan de alimentar las colonias y siempre hay un cuenco lleno de agua para los felinos, las personas respetan su presencia y hasta la buscan cuando, en las horas del medio día que el calor aprieta, se tumban en los jardines a echar un sueñecito.
Además el gobierno ha colocado en las ciudades unas máquinas para alimentar los perros y gatos de las calles. Los beneficios del reciclaje van dirigidos a la alimentación de los animales callejeros, así que cada vez que alguien lanza una botella de plástico a reciclar en una máquina de éstas, un poco de pienso cae en el cuenco.


¿De dónde nace esta veneración de los turcos hacia los gatos? Yo, acostumbrada a los gatos de nuestras ciudades que corren a esconderse bajo un coche al oir nuestros pasos, volví de Turquía muy intrigada y me puse a investigar, la explicación es una historia que seguramente muchos gatunos ya conocéis:

LA GATA MUEZZA

Al parecer, el amor por los felinos es algo muy habitual en el mundo musulmán. Cuenta una leyenda que Mahoma era un apasionado de los gatos y tenía una gata llamada Muezza. Un día ésta se quedó dormida en el interior de la manga de su túnica, Mahoma se tenía que ir, pero no quería despertar a Muezza así que cortó la manga con unas tijeras y se marchó. Al volver Muezza, muy agradecida le recibió arqueando el lomo y ronroneando. El profeta decidió otorgar entonces a los gatos la gracia de caer siempre de pié y de poder entrar en el paraíso.


Ya sabéis gatunos, si estáis pensando en un destino de vacaciones bonito, barato y bigotudo, apuntad Turquía en la lista, no os arrepentiréis.

Mi amiga teniendo una conversación muy seria con una futura mamá gata

lunes, 26 de enero de 2015

¿Por qué me llamo Mara?


Cuando leí la sinopsis de este libro, no me lo pensé ni dos veces para hacer el pedido, lo quería tener ya entre mis manos. A pesar de lo compulsivo de la compra, los beneficios iban destinados a protectoras que defienden los derechos de los animales, así que mejor todavía.



Y por fin ha llegado y he podido disfrutar de su lectura. Corta, pero intensa. Y es que, ¿quién no ha tenido un amigo peludo que le ha marcado de por vida? Además de entristecerte tiernamente con la historia, creo que el libro saca algo más de nosotros, te hace recordar a aquel peludo al que quisiste tantísimo y cuyo recuerdo sigue en algún pequeño detalle cotidiano. Puede que su nombre sea alguna de tus contraseñas, que sigas manteniendo su foto cerca o que cada vez que pases por un lugar concreto, te venga su recuerdo.

Yo también tuve una Mara. Se llamaba Pandereta (Pande para los amigos), y su nombre nos acompaña en esta aventura bloguera.


viernes, 23 de enero de 2015

Gatos, torres y cajas.

¿Crees que tu gato se aburre en su torre? ¿Todo el día mirando la vida pasar desde la parte más alta en lugar jugar y quemar esas calorías que le sobran? Seguramente porque tu gato no tiene una torre de estas:





Las hemos encontrado en http://catwheel.net una empresa con unas torres para gatos verdaderamente impresionantes. Sirven para mucho más que dormir y afilarse las uñas, muchas de ellas tienen una rueda para que el gato haga ejercicio al “estilo hamster” o sirven para que el gato se transporte de un lugar a otro de la estancia sin tocar el suelo, como ellos les gusta.
Nos gustaría contaros la experiencia de que nuestros bigotudos probasen una de estas, pero lamentablemente la empresa en cuestión está en Corea y traer una de estas hasta casa se nos escapa del presupuesto.

Mucho más asequibles (aunque todavía no están en nuestro poder) son estos castillos de cartón para gatos con buen gusto:



Se encuentran en http://www.kekamsterdam.com/cardboard-cribs-for-cats una empresa afincada en Amsterdam y por un precio que ronda los 20 euros puedes hacerte con una para la realeza gatuna de la casa.

Si tu bigotudo, como mi querida Mikitina, tiene tendencia a morder y tragar cartón (¡excelente para el tránsito intestinal!) y te pica gastar 20 eurazos por algo que va a acabar en el arenero o si te mola más el rollo “do it yourself” y eres algo apañado con el cutter y los rotuladores quizás te salga más a cuenta reciclar una caja de las que tengas por casa y hacer algo bonito y apañado. Esta es la casa que le hicimos a Rodri para que disfrutase del tiempo que pasó en casa cuando estuvo de acogida:





Pero si no tienes tiempo ni arte con los rotuladores, no te preocupes, simplemente deja la caja por en medio como el que no quiere la cosa (si creen que te están robando seguramente ellos la disfruten aun más) que ellos mismos se encargaran de entretenerse... ¡Dentro vídeo!