…o con mi perro o mi pájaro o mis peces…
Ya, ya sé que esperabais una entrada sobre gatotecas japonesas y maneki neko y en cambio os vengo con un tema mucho más complicado. pero es que el otro día, cotilleando por el mundo animal en facebook, encontré a una chica que preguntaba en un foro qué hacer con su perro cuando falleciera, puesto que se trataba ya de un abuelete y empezaba a sufrir los primeros achaques de la edad,
Me leí de principio a fin los más de 50 comentarios y la verdad es que aprendí mucho de la experiencia de los demás. Yo nunca me he visto en esa situación pero, llegado el caso, creo que ya sé por qué solución optaría.
Una de las cosas más interesantes que descubrí fue que en Barcelona hay un cementerio de máscotas (Cementiri de petits animals) dónde puedes llevar a tu mascota (incinerada o no) a ser enterrada o recogida en un nicho. Yo pensaba que estos sitios eran algo más propio de películas de terror que de la vida real, pero lo cierto es que se trata un lugar precioso, rodeado de naturaleza, que nada tiene que envidiar a uno de nuestros cementerios convencionales para humanos, hasta hay un autobús directo que va desde Barcelona Zona Universitaria el primer domingo de cada mes y el trayecto es un cuarto de hora.
Una de las cosas más interesantes que descubrí fue que en Barcelona hay un cementerio de máscotas (Cementiri de petits animals) dónde puedes llevar a tu mascota (incinerada o no) a ser enterrada o recogida en un nicho. Yo pensaba que estos sitios eran algo más propio de películas de terror que de la vida real, pero lo cierto es que se trata un lugar precioso, rodeado de naturaleza, que nada tiene que envidiar a uno de nuestros cementerios convencionales para humanos, hasta hay un autobús directo que va desde Barcelona Zona Universitaria el primer domingo de cada mes y el trayecto es un cuarto de hora.
(fotografía extraída de su web)
Una de las primeras dudas que llega tras fallecer nuestro amigo es ¿qué hacer con su cuerpo? ¿Enterrar o incinerar? Si nuestro colega cruza el arco iris en casa no estamos obligados a dar parte de su defunción y si contamos con un terreno privado quizás tengamos un precioso árbol o un rincón especial que albergue su cuerpo para siempre. ¡Pero cuidado! No se puede enterrar a nuestro amigo en cualquier lugar, la ley no permite el enterramiento de animales en lugares públicos, así que por mucho que le gustase a nuestro amigo aquel pipican del barrio, deberemos abstenernos de plantarnos allí con una pala.
Si el fallecimiento se produce en el veterinario sólo podremos sacar su cuerpo sin incinerar si se nos autoriza con un papel de la clínica que nos asegure que no fue resultado de una enfermedad contagiosa. Seguramente te pidan este papel en el cementerio si decides llevarlo allí. Lo habitual (por lo menos en los casos que he escuchado) es que antes de salir del veterinario sea incinerado. ¿Qué hacer con las cenizas? Por supuesto puedes quedártelas contigo y encontrar un lugar ideal de la casa para guardarlas pero en el foro dieron algunas ideas alternativas que merece la pena conocer:
Skrekkogle es una empresa noruega que, si le envías una foto y el bote de las cenizas, podrá realizar un cuadro que las conservará de manera original. Si os soy sincera esta opción me produce emociones encontradas, una parte de mí piensa que es exhibición y frikismo y se acerca a la idea de la disección (que ni siquiera tengo en cuenta) pero a la parte de mí que estudió Bellas Artes le parece algo simbólico y emotivo. ¡Vaya que me repele y me encanta al mismo tiempo! Así que juzgad por vosotros mismos:
(imágenes sacadas de su web)
Una de las opciones más bonitas (y más "de película") es la de lanzar sus cenizas al mar. Para eso hay que pedir una urna especial, debemos ser muy cuidadosos con el medio ambiente y no podemos lanzarlas en cualquier recipiente. Pero hay una opción más, de hecho mi favorita y creo que me gustaría hasta para mi propia persona. Se trata de pedir una urna especial, biodegradable, y meter en ella junto a las cenizas de nuestro amigo las semillas de una planta que nos guste y enterrarla o, mejor dicho, plantarlos juntos en lugar importante para nosotros. Con el tiempo y los buenos cuidados de la tierra quizá veamos florecer la planta más especial de nuestro jardín, una que nos recuerde que la vida es un ciclo y que debemos siempre seguir avanzando.