Cuando leí la sinopsis de este libro,
no me lo pensé ni dos veces para hacer el pedido, lo quería tener
ya entre mis manos. A pesar de lo compulsivo de la compra, los
beneficios iban destinados a protectoras que defienden los derechos
de los animales, así que mejor todavía.
Y por fin ha llegado y he podido
disfrutar de su lectura. Corta, pero intensa. Y es que, ¿quién no
ha tenido un amigo peludo que le ha marcado de por vida? Además de
entristecerte tiernamente con la historia, creo que el libro saca
algo más de nosotros, te hace recordar a aquel peludo al que
quisiste tantísimo y cuyo recuerdo sigue en algún pequeño
detalle cotidiano. Puede que su nombre sea alguna de tus contraseñas,
que sigas manteniendo su foto cerca o que cada vez que pases por un
lugar concreto, te venga su recuerdo.
Yo también tuve una Mara. Se llamaba Pandereta (Pande para los amigos), y su nombre nos acompaña en esta aventura bloguera.
Yo no conocí a la Pande pero estoy orgullosa de participar en un proyecto que lleva su nombre. No podríamos tener mejor madrina gatuna.
ResponderEliminar<3
Creo que le hubieras caído bien ;)
EliminarDespués de leerte voy a animarme a pedir el libro, creo ha de ser una bonita historia dedicada a quienes dejan su huella y si además se colabora un poco con alguna protectora miel sobre hojuelas.
ResponderEliminarCreo que cuando descubrimos que nos gustan los gatos todos llegamos a tener un trocito de esa Mara de la historia, y creo que es bonito. El que alguien los recuerde es la forma en la que permanecen vivos y todos los que se van se merecen eso y más.
Tuve la suerte de conocer a Pande, no dejaba a nadie indiferente, y esos trocitos de ella en nosotros hace que nos acompañe. El blog con su nombre es un bonito homenaje.
Un placer haber contribuido un poquito en la compra de un nuevo ejemplar.
EliminarPande dejó huella en todo el que la conoció, por algo sería, ¡no solo es amor de madre!
Gracias por tus palabras, siempre las espero con ilusión.
Mi "Mara" se llamaba Ariel, y era un gatito blanco de ojos de distinto color.
ResponderEliminarNota mental : leer este libro, ir a Turquía... no sigáis así porque me arruino!!
Besicos ;)
No conocí a Ariel, pero recuerdo el cariño con el que hablabas de él. ¡Qué suerte tuvo de que lo quisieras tanto! :)
EliminarUn beso enorme para ti.
Mi "Mara" se llamaba Aidén y era un peludito precioso y dulce de colores blanco y negro. A pesar del tiempo que ha pasado, le sigo echando de menos a veces, aunque mis dos gatunos regordetes ocupan bastante ese espacio que en ocasiones noto vacío si mi cabeza se pone a pensar en años atrás.
ResponderEliminarUn abrazo.
Marisa
Es muy bonito el recuerdo que guardas de Aidén. Y una suerte seguir compartiendo tu vida con gatunos que palían la tristeza de su ausencia.
EliminarMuchísimas gracias, Marisa, por pasarte a contarnos tu historia. Muchos ronroneos para tus dos peludos.