Destinos bigotudos 2: Holanda y Bélgica
Hace unos meses yo y un par de amigos nos echamos la mochila al hombro y nos lanzamos de Interrail por los Países Bajos. Aunque tengo que reconocer que fue un viaje genial, recientemente he descubierto un par de cosas súper bigotudas que me hubiera encantado visitar. Como no quiero que os pase a vosotros, mejor os las cuento para que vayáis tomando nota. Por cierto, ¿qué hacéis el segundo domingo de mayo de este año? Yo creo que ya estoy planeando mi segundo viaje a los Paises Bajos y a lo mejor después de leer esto os apetece venir conmigo.
Hace unos meses yo y un par de amigos nos echamos la mochila al hombro y nos lanzamos de Interrail por los Países Bajos. Aunque tengo que reconocer que fue un viaje genial, recientemente he descubierto un par de cosas súper bigotudas que me hubiera encantado visitar. Como no quiero que os pase a vosotros, mejor os las cuento para que vayáis tomando nota. Por cierto, ¿qué hacéis el segundo domingo de mayo de este año? Yo creo que ya estoy planeando mi segundo viaje a los Paises Bajos y a lo mejor después de leer esto os apetece venir conmigo.
No tenía yo ni idea de la pasión de
los holandeses de por los gatos pero un día andaba yo cotilleando
por los #hastags en Instagram (dónde me podéis encontrar como
@elenakaede) cuando tropecé con una cuenta gatuna y singular que se
llama @catsofamsterdam. Si sois bigotudos instagramers os la
recomiendo no sólo veréis un montón de fotos preciosas de gatos si
no que descubriréis al mismo tiempo una ciudad espectacular. Así descubrí el Kattenkabinet, un museo de Amsterdam lleno de pinturas dibujos y esculturas sobre gatos, entre los artistas hay obras de Picasso, Rembrandt o Toulouse-Lautrec. No sabéis cuánto me arrepiento de no haberme enterado antes de ir…
Si hay una cosa que me hubiera gustado
visitar por encima de todas cuando fui a Amsterdam es Poezenboot,
que estoy segura de que muchos de vosotros conocéis pero es un lugar
del que yo no sabía nada hasta hace un par de meses. ¿Cómo se me
pudo pasar semejante lugar? El Poezenboot, para los pocos que no lo
sepáis, es una residencia para gatos en una casa-barco. Gatos que
viven en un barco, tal cual suena. Buscando información por ahí he
visto que nuestros colegas de Gatos y gatunos ya han estado, pero
como nosotras todavía no, he cogido una foto de google para que
veáis de qué os hablo:
Ahora cojamos un tren y vayámonos a
Bélgica (dónde por cierto llevan unos 5 años con políticas serias
de esterilización de callejeros), concretamente a la ciudad de
Ypres. Todos sabemos que la Edad Media no fue famosa por su amor a
los felinos ya que los asociaban al demonio, a la magia y a las
brujas y en muchas partes de Europa se dedicaron a aniquilarlos sin
piedad, este fue el caso de Ypres, dónde desde el siglo XII hasta
principios del XIX (un buen porrón de años...) se dedicaron a
lanzar gatos vivos desde el campanario Lakenhalle como método de
exterminio. Por suerte estos belgas han sabido reconciliarse con la
tradición y en 1930 decidieron retomar esta actividad pero lanzando
gatitos de peluche que los ciudadanos esperan ilusionados. Durante
estas fechas Ypres se llena de gatitos por todos los escaparates y
hasta hacen desfiles por las calles. Este festival se llama el
Kattenstoet y se celebra el segundo domingo de mayo de cada tres años
y ¿sabéis qué? ¡Este 2015 toca fiesta!
¿Sabéis que la tauromaquía tal y
cómo la conocemos también nació en España en el siglo XII? Buena
nota podríamos tomar de los belgas y comenzar a lidiar toros de
peluche, ¡esa sí que sería una buena fiesta nacional!